Ahora, les contaremos algo de historia: En la época prehispánica ya existían las alegrías de amaranto y el pinole, pero con el tiempo y la combinación de las costumbres europeas con las indígenas se creó una identidad que se apropió de ingredientes y técnicas, para perfeccionar su preparación y convertirse en las maravillas que ahora disfrutamos.
Es así como hoy podemos disfrutar de los merengues, pepitorias, alegrías, palanquetas de cacahuate, ate, cocadas, Glorias, fruta cristalizada, jamoncillo, macarrones, muéganos, tamarindos, borrachitos, algodón, camotes, mazapán, y muchos otros que son además muestra del exquisito arte culinario mexicano. ¡Imposible no darse el gusto de probarlos!
En el país hay una rica tradición dulcera, así encontramos los típicos camotes poblanos, la cajeta de Guanajuato, los rollos de guayaba de Morelia, de Nuevo León las glorias, y del sur el chocolate oaxaqueño, todo México envuelto en dulces siglos de tradición.
La magia de los dulces mexicanos la puedes disfrutar gracias los productos que nos ofrece el campo, por ejemplo: la caña de azúcar con sus más de 56 millones de toneladas; cacao con poco más de 26 mil toneladas; nuez con más de 141 mil toneladas y el coco con más de 189 mil toneladas anuales.
Y a ti, ¿Qué dulce típico te gusta más?